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Científicos de la UNAM contribuyen a hallazgo que revela nuevas claves sobre el clima espacial

¿Sabías que Sol continuamente emite un gas caliente llamado viento solar? En Ambiental News te platicamos

 Por Daniel Lee

Un grupo internacional de investigadores, encabezado por Lucile Turc de la Universidad de Helsinki, en colaboración con el International Space Science Institute en Berna, ha logrado un descubrimiento revolucionario en el campo del clima espacial.

Este hallazgo, que desafía la comprensión previa aceptada durante más de medio siglo, ha sido apoyado por científicos de renombre, entre ellos Primož Kajdič, perteneciente al Departamento de Ciencias Espaciales del Instituto de Geofísica de la UNAM.

El fenómeno gira en torno a ondas que inducen variaciones sutiles en el campo magnético terrestre y, por ende, ofrece una perspectiva más profunda sobre el clima espacial no solo de nuestro planeta, sino también de otros cuerpos celestes. El descubrimiento desafía la hipótesis previamente aceptada por la comunidad científica respecto al origen de estas variaciones, arrojando nueva luz sobre los procesos que rigen el entorno espacial.

El Sol emite de manera constante el denominado viento solar, un flujo de gas caliente que interactúa con el campo magnético terrestre y provoca perturbaciones en distintos niveles de intensidad, lo que conocemos como clima espacial. Entre estos fenómenos destacan las impresionantes auroras polares, pero también existen efectos menos visibles que pueden interferir con tecnologías cruciales para nuestra vida diaria, como la comunicación satelital y el funcionamiento de los propios satélites.

La investigación en torno al clima espacial es de suma importancia debido a su influencia en nuestras actividades tecnológicas y en la exploración espacial. Uno de los aspectos centrales es la magnetosfera de la Tierra y su choque de proa, formado por la interacción del viento solar con el campo magnético terrestre. Este fenómeno ha servido como laboratorio natural para estudiar los procesos del plasma universal en situaciones reales.

Durante décadas, la teoría predominante sostenía que las ondas de frecuencia ultra baja (FUB) traspasaban el choque de proa terrestre y llegaban a la magnetosfera de la Tierra. Sin embargo, gracias a dos años de investigación intensiva y al uso de herramientas computacionales avanzadas, en conjunto con observaciones de alta resolución temporal tomadas por naves espaciales, se ha demostrado que estas FUB son destruidas en el choque de proa, generando nuevas ondas más rápidas que a su vez perturban la magnetosfera.

Primož Kajdič, científico de la UNAM, explicó que este descubrimiento representa un hito en la comprensión del clima espacial, ya que este fenómeno se reproduce tanto en las proximidades de la Tierra como en otros planetas. Los resultados no solo desafían las concepciones previas, sino que también abren un abanico de nuevas oportunidades para comprender y mitigar los efectos del clima espacial en nuestras tecnologías y exploraciones futuras.